
Esta labor, que puede parecer pura fantasía, es por el contrario un modo de descubrir las características de la “realidad ideal” que hay que alcanzar, que a menudo nos permite ver cosas que no seríamos capaces de concebir si nos limitáramos a trabajar sobre la realidad presente.
Altschuller definió esta técnica, típica de grandes inventores, como la “fantasía de la máquina perfecta”. Por ejemplo, cuando Leonardo da Vinci estudió el vuelo, parece ser que inicialmente proyectó distintos tipos de máquinas para volar y luego fue perfeccionando de manera progresiva sus proyectos, descartando los que parecían inferiores o irrealizables. De hecho cuando proyectó la máquina para elevarse por el aire dotada de una hélice horizontal empujada por la fuerza de un pedal, se dio cuenta de su inviabilidad, porque esta especia de helicóptero debía funcionar con la fuerza del pedaleo de un ser humano. Éste lograba elevarse de tierra gracias a su extraordinaria fuerza física, pero luego caía inevitablemente. Debido a los limitados recursos de los que disponía Leonardo en aquella época, en que no existía aún la posibilidad de utilizar un motor de explosión o de vapor, el proyecto resultó irrealizable, aunque genial. Lo mismo ocurrió con la idea de volar mediante el batido de unas alas construidas para ser empujadas por el movimiento de los brazos de un ser humano. No es casual que el genio italiano desarrollara el primer planeador observando el vuelo de las rapaces, que no exigía una fuerza sobrehumana, sino que aprovechaba las corrientes del aire.
Pero no debemos pensar que sea necesario ser un Leonardo para imaginarse el escenario más allá de los problemas, incluso cuando estos parecen complicados y persistentes. Todos tenemos la capacidad de imaginar lo que nos gustaría que ocurriese: el problema es que la mayoría de veces no conseguimos realizarlo. En nuestro caso la técnica sirve precisamente, en primer lugar, para dar rienda libre a la imaginación y seleccionar después los aspectos realizables en concreto.
Fuente: Problem Solving Estratégico, Giorgio Nardone. Ed: Herder.
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