El trastorno por estrés postraumático (TEPT) es un cuadro clínico que se caracteriza en que la persona tras haber sufrido un trauma (evento altamente estresante) presenta ciertos síntomas como la reexperimentación de lo vivido (recuerdos intrusivos, pesadillas), evitación de estímulos asociados al trauma y excitación (irritabilidad, dificultades para conciliar o mantener el sueño, hipervigilancia). Para diagnosticar dicho trastorno no es necesario que la persona haya vivido en primera persona el trauma; así se conocen casos de personas que han desarrollado un TEPT tras haber observado, por ejemplo, un hecho traumático por televisión o tras escuchar de otra persona una historia en la que narra su propio trauma.
Según Ronald Kessler, psiquiatra de la escuela de medicina de Harvard, una de cada dos personas experimenta un suceso traumático: desde la muerte inesperada de un familiar, pasando por un atraco con violencia, hasta la vivencia de una catástrofe natural. Esto no quiere decir que todos vayan a desarrollar un TEPT, pero sí que puede ser un desencadenante.
Por término medio una de cada diez personas que han sufrido o presenciado una situación traumática desarrollan un TEPT. El peligro es mayor en caso de sufrir una agresión. Alrededor de uno de cada cuatro soldados que han participado en acciones bélicas y más de la mitad de las víctimas de violación sufren un TEPT.
Algunos casos de este trastorno se describieron después de la Primera Guerra Mundial y se le conocía como “temblor bélico”: las vivencias provocaban en las personas que regresaban de sus hogares un temblor de manos. Los psiquiatras hablaban entonces de “neurosis de guerra”.
Uno de los tratamientos que se emplea para abordar este trastorno es el farmacológico. Los antidepresivos parecen ser útiles cuando a los efectos del trauma se añaden otros trastornos psíquicos. En los casos en que el TEPT esté asociado a una depresión grave habría que tratar primero ésta para luego trabajar en el TEPT. Otros fármacos son las benzodiacepinas, los beta bloqueantes e inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (SSRI).
Un estudio publicado en 2007 por la Colaboración Cochrane, red internacional de expertos que lleva a cabo revisiones sobre el efecto de los tratamientos médicos, llegó a la conclusión de que, según los conocimientos científicos disponibles, no existe ningún medicamento que pueda contrarrestar el desarrollo del TEPT.
Desde el modelo de Terapia Estratégica se han observado tres reacciones principales llevadas a cabo por las personas que presentan este tipo de trastorno:
– El intento de controlar los propios pensamientos y anular la experiencia traumática.
– La evitación de todas las situaciones asociadas al trauma.
– La solicitud de ayuda, de apoyo y las quejas.
El intentar no pensar u olvidar se convierte en el guión redundante y fallido llevado a cabo por la persona para afrontar el miedo a que imágenes y sensaciones del suceso traumático vuelvan a presentarse. Los intentos que la persona hace por expulsar las imágenes, las sensaciones, los pensamientos y cualquier estímulo que dé lugar a recuerdos del acontecimiento traumático acaban posteriormente por intensificarlos. “Pensar que no hay que pensar es pensar aún más”.
La mayor parte de los que sufren TEPT empiezan también a evitar todas las situaciones ligadas potencialmente al acontecimiento traumático, tratando de expulsar de la memoria toda huella y evitar de este modo tener que recordarlo. Van der Kolk afirma que lo que diferencia a las personas que desarrollan TEPT de aquellas que sencillamente están temporalmente estresadas es que éstas organizan sus vidas entorno al trauma.
Una vez activado el círculo vicioso de las evitaciones, la persona utiliza otra estrategia que, por desgracia, se muestra en realidad contraproducente: la solicitud de ayuda. Quieren estar siempre acompañados por si pasan por algún momento estresante tener alguien que les socorra. Lo que se consigue con esto es confirmar su incapacidad para afrontar las situaciones.
Parece que todo va dirigido a desprenderse del pasado, a intentar de olvidar el trauma, pero se consigue normalmente lo contrario, se mantiene y hace que se extienda por todo el presente.
Desde la psicología existen diferentes métodos terapéuticos establecidos. Es el caso de la exposición narrativa desarrollada en la Universidad de Konstanz, la terapia de reescritura y reprocesamiento de Mervin Smucker, de la escuela de medicina de Wisconsin o el EMDR ( Eye Mvement Desensitization and Reprocessing Therapy).
En el modelo de Terapia Estratégica se ha desarrollado un protocolo de tratamiento para el TEPT en el que se utilizan estratagemas sugestivas y específicas capaces de llevar a la persona a realizar experiencias concretas de superación del problema. Abrimos así el camino a distintas formas de representación de la realidad y a nuevas formas de comportarse, y posteriormente esto conducirá a la recuperación consciente de los propios recursos y capacidades desde un punto de vista cognitivo.
Hola, muy buen artículo!
Todo muy bien explicado, si señor!
Te mando un saludo desde EMDR Madrid Centro Cepsim.
Si algún día quieres hacer colaboraciones, ponte en contacto con nosotros.
Nos vemos por Madrid!