Como saben los hipnotistas, en nuestra mente la señal NO no existe. En otras palabras, es imposible pensar una cosa en negativo, por ejemplo pensar en no pensar, o imaginar una ausencia sin pensar de cualquier forma en su presencia.
Un chico que encuentra la lámpara mágica oye decir al genio: “Cumpliré cualquier deseo tuyo, siempre que a la hora de formularlo no pienses un un tigre”. Por más que se esforzaba en no pensar en un tigre más lo pensaba, y más le venía a su mente la imagen. No fue capaz de obtener nada del genio.
Descubriréis el poder perverso de la negación cuando queriendo animar a un atleta que entrena, le gritéis: “No cedas”, creando inmediatamente en su mente la imagen de la rendición (el incentivo correcto sería “Resiste” o , mejor todavía, “Insiste”, ya que la noción de resistencia implica también la noción de no caer. Decir “no te caigas a un niño que está comenzando a dar los primeros pasos significa recogerlo del suelo inmediatamente. Decir “no mires más” a quien sufre de vértigo significa que lo haga más aún.
¿Cómo se puede hacer uso de este misterioso fenómeno mental para influir sobre los otros?
La afirmación “el diputado Ballisti no es un criminal” es un buen medio para instalar en la mente de quién escucha la asociación “Balisti-criminal”. Nixon intentaba desacreditar a su adversario a la elección con frases como esta: No quiero usar como argumento en su contra el hecho de que el senador Kennedy es católico ( ser católico en EEUU en los años 60 no era como serlo en la misma época en España). Nixon al declarar no querer usar un argumento contra el adversario, lo usaba: sabía bien que basta decir una cosa para hacerla pensar, y todas las sucesivas aclaraciones no podrían borrar el efecto provocado de la primera afirmación, si esta es suficientemente fuerte.
De forma más elaborada, lanzar una noticia y desmentirla él día después hace que, aún desmintiéndola, la piedra haya sido lanzada: el recuerdo ha sido fijado, cualquier cosa antes o después brotará.
Muchas personas han sido arruinadas por hechos que luego se han comprobado infundados. Una aclaración sobre el hecho, en este caso, no pone las cosas en su sitio: las palabras cuentan más que los hechos.
A la inversa, si queréis ser persuasivos evitad cuidadosamente de sugerir cosas del tipo: “No temas, no te preocupes” o cosas similares. Cualquier frase negativa debe ser transformada en positivo.
Si realmente debéis dar una sugerencia en forma negativa, en vez de decir: “No dar sugerencias en forma negativa” podéis decir. “Evitad dar sugerencias en forma negativa”
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