1. Sed contraintuitivos. Si hay un elefante en el centro de la habitación, se debe hablar, no ignorarlo. La indiferencia funciona por poco tiempo, pero a la larga resulta agotadora.
2. Estad orientados al resultado. ¿Cuáles son vuestras intenciones? ¿Qué resultado queréis obtener? Poneos una meta clara y realista antes de comenzar. Tened en la mente el objetivo. Comunicad a vuestra pareja los resultados que buscáis obtener.  ¿Qué queréis resolver? ¿Entender? ¿Obtener un feedback? ¿Pedirle que cambie un determinado comportamiento?.
3. Encuadrad el mensaje. Aseguraos que vuestra pareja entienda el motivo por el que es fundamental, desde el vuestro punto de vista,  afrontar un argumento problemático. “Quién bien comienza la mitad ha hecho”  dice Horacio.
4. Ayudaos de un comienzo lento. Introducir alto voltaje en circuitos delicados puede hacerlos arder.
discutir 5.  Sed Oportunos. Buscad el momento justo para vuestra pareja. Puede discutirse de un tema importante con alta carga emotiva, pero si queréis ser escuchados, vuestra pareja debe estar disponible.
6. El lugar es fundamental. Somos seres sensibles al ambiente, cosa que no siempre reconocemos. Elegid un ambiente adecuado. La cama difícilmente será el mejor lugar para discutir temas difíciles, tampoco lo es una cena con los amigos.
7. Usad un anestésico. Una operación quirúrgica es dolorosa;  necesitará un anestésico. Una atención explícita, verbal o no, actúa como un anestésico social.
8. Controlad las reacciones. Es fácil sentirse abrumado cuando el tema está candente. Evaluad la temperatura emotiva: la vuestra y la de vuestra pareja. Haced una pausa para calmaros si la situación se recalienta. Los mensajes se entiende mejor cuando la temperatura emotiva es baja.
9. Comprobad la compresión. Un mensaje enviado no es necesariamente un mensaje recibido. Evaluad como es la comunicación de la respuesta que suscita.
10. Preparad un final feliz. Decidid juntos un ritual para concluir la discusiones problemáticas. Es necesario que haya un punto de detención claro.

Extraído de: I dieci comandamenti della coppia. Ed:Ponte Alle Grazie.